El tema de Don Juan Tenorio fue en primer 
                lugar desarrollado por Tirso de Molina en su famosa obra “El 
                Burlador de Sevilla”, 1630, y  en ella la figura de Doña Inés se 
                llama Doña Ana de Ulloa.
                
                En realidad existió una familia Ulloa en 
                Sevilla en el siglo XVI y puede que alguna dama se llamara Doña 
                Inés de Ulloa, que inspirara al autor.
                 
                
                El amor que todo lo 
                puede, salva al infame Don Juan de las puertas del infierno, 
                tras arrepentirse con la ayuda de Doña Inés de su mala 
                vida, diciéndole en su aparición:
                 
                
                
                “Yo mi alma he dado por ti, 
                y Dios te otorga por mí 
                tu dudosa salvación. 
                Misterio es que en comprensión 
                no cabe de criatura:
                
                
                y sólo en vida más pura 
                los justos comprenderán 
                que el amor salvó a don Juan 
                al pie de la sepultura.”